Votaciones sustentables y amigables con medio ambiente
Escrito por Comunicaciones EVoting / 16 de Agosto del 2016Sabemos que los procesos de votación tradicionales son bastante rigurosos y se necesita planificación anticipada para que no se escape ningún detalle y que todo resulte bien. Dependiendo del número de votantes y de los puntos de votación, la logística y el esfuerzo humano que se requieren pueden alcanzar niveles complejos y meses de trabajo intenso. Por ejemplo, unas elecciones presidenciales requieren un año de anticipación: actualizar listas de votantes en cada comuna, designar vocales de mesa y ministros de fe, establecer el formato e imprimir los boletos, preparar el espacio físico para cada centro de votación, asegurar la comunicación, etc.
Sabemos que los procesos de votación tradicionales son bastante rigurosos y se necesita planificación anticipada para que no se escape ningún detalle y que todo resulte bien. Dependiendo del número de votantes y de los puntos de votación, la logística y el esfuerzo humano que se requieren pueden alcanzar niveles complejos y meses de trabajo intenso. Por ejemplo, unas elecciones presidenciales requieren un año de anticipación: actualizar listas de votantes en cada comuna, designar vocales de mesa y ministros de fe, establecer el formato e imprimir los boletos, preparar el espacio físico para cada centro de votación, asegurar la comunicación, etc.
¿ Votaciones sustentables ?
Además, un acercamiento hacia el proceso logístico revela cifras increíbles, no solamente en cuanto a las horas de trabajo y el recurso humano involucrado. Los niveles del consumo de papel y de la huella de carbono para “producir” una votación nacional son impresionantes y e incluso alarmantes si los llevamos a un plano ambientalista. Por ejemplo, para las votaciones presidenciales de Venezuela el 2002, se estima que 10 millones de árboles fueron consumidos tan solo durante la campaña electoral, equivalente a 700.000 toneladas de papel. Esto sin considerar lo que luego se utilizó para la impresión de las papeletas de votación, las que, por ejemplo, en las votaciones generales de España el año 2008 era equivalente a más de 600 millones de papeletas, las que en su mayoría fueron a la papelera.
Adicionalmente se encuentra el proceso de fabricación del papel necesario y el transporte de las miles de toneladas de boletas, que se traducen en contaminación por emisión de CO2. En nuestro continente la situación no se encuentra mejor. En Argentina, en las elecciones presidenciales de 2007 se produjeron cerca de 27 millones de boletas, con un valor de 0,09 pesos argentinos cada una, por un costo total cercano a los 600 mil dólares y un fuerte impacto ambiental negativo.
La misma situación se repite también al nivel institucional. Las organizaciones públicas y privadas que votan en Chile – sindicatos, asociaciones, estudiantes, colegios, gremios, etc. – tienen que organizar varias votaciones durante el año y el impacto sobre el medio ambiente es igual o incluso superior a las presidenciales. Por esta misma razón, a la hora de organizar votaciones, lo ideal es tomar en cuenta los aspectos de sustentabilidad y evaluar opciones amigables con el medio ambiente.
Voto electrónico, voto ecológico
La adopción de tecnología en el proceso electoral, en sus distintas etapas, ayuda a disminuir el efecto de la situación descrita. Solo en los últimos años, con EVoting hemos logrado ahorrar el papel y la contaminación correspondientes a más de 55 mil votos. El voto online es sin duda una alternativa sustentable a los procesos tradicionales de votación.
Si ya estamos en la era de la tecnología ¿por qué no ponerla al servicio de la humanidad y del medio ambiente? ¿Por qué seguir “una tradición” con repercusiones devastadoras cuando lo podemos evitar fácilmente? La tecnología está aquí para quedarse. Usémosla con sabiduría, también en los procesos electorales.