Para que sea legítimo, cualquier proceso de votación debe cumplir con ciertas condiciones básicas de seguridad y de coordinación. El voto debe ser:
Para que sea legítimo, cualquier proceso de votación debe cumplir con ciertas condiciones básicas de seguridad y de coordinación. El voto debe ser:
- Secreto – No se sabe que fue lo que votó la persona
- Universal – Todos tienen acceso a la votación, sin discriminación alguna.
- Único – Cada persona puede votar solamente una vez por sesión
El voto online está concebido de tal forma que cumpla con estos requisitos básicos. Es más, la votación en el espacio virtual puede ser sofisticada y compleja, tal como lo requiera la situación. Sin embargo, el voto online siempre va a tener la gracia de simplificar la organización y logística de un proceso electoral, pero garantizando la calidad de tal proceso. Para una presentación más explícita, hagamos una comparación entre los dos procesos: el voto electrónico y el voto tradicional.
1. La papeleta – Ambos procesos permiten personalizar la papeleta y elegir la opción preferida por parte del votante. También se pueden hacer las mismas consultas en la papeleta.
2. Ministro de fe – Esto es un punto clave. El voto en papel, en votaciones certificadas, exige la presencia de un Ministro de Fe para cada punto de votación. Este requisito entorpece muchas veces los procesos electorales tradicionales, dado que se deben compatibilizar horarios, solicitudes formales a la Inspección del Trabajo y siempre existe el riesgo de las emergencias de último momento por motivos de fuerza mayor. La ausencia de un Ministro de Fe falta en uno de los puntos de votación obliga a la repetición todo el proceso. ¿Qué riguroso, no? Mientras tanto, el voto online de EVoting permite centralizar la labor del ministro de fe, requiriendo solamente uno para la votación completa, independiente del nivel de desagregación geográfica. ¡Imagínate! Una votación que normalmente requiere la coordinación de hasta 20 ministros de fe en distintas regiones ahora es válida con solamente uno. Este ministro de fe del proceso de votación online cumple con el mismo rol y tiene acceso a la misma información que si estuviera frente a la urna de papel. Tal como los otros actores del proceso, el ministro de fe también tiene acceso de forma remota a la plataforma. Y todo esto con la autorización de la Dirección del Trabajo. Por lo tanto, es perfectamente legal.
3. Auditoría – Tanto la votación tradicional como el voto electrónico son procesos totalmente auditables. Es más, con la plataforma online, uno puede estar seguro de que no hay fallas en el conteo.
4. Los jueces – Ambos procesos de votación – tradicionales y online – pueden exigir jueces para apertura y cierre de mesa, personas que deben estar presentes para que se abra la mesa de votación y validar el proceso.
5. Tiempo y lugar – Los procesos de votación tradicionales, en papel, tienen muy bien definidas estas coordenadas: “el día lunes, 21 de abril desde las 9:00 a las 18:00 hrs. en la sede central, sala 51, segundo piso”. Quien llega, ¡bien! Quien no, nada que hacer. Sin embargo el voto electrónico otorga más facilidades y más libertad a la hora de votar. Ya sabemos que el voto puede hacerse desde cualquier dispositivo conectado a internet, en cualquier momento del día y en cualquier lugar.
Votación Online
Para resumir, el voto electrónico cumple totalmente con los requisitos que validan el proceso electoral, logrando rescatar lo mejor del voto tradicional: el fortalecimiento de la democracia.
Además el voto online aporta en términos de flexibilidad, comodidad y ahorro de tiempo – tanto por parte de los votantes, como por parte de los organizadores – y facilita la información masiva.